Nuestro Viñedo

En el corazón del Valle de Guadalupe, nuestras vides crecen en un terruño único que combina suelos calcáreos, influencia costera y dedicación familiar para crear vinos que expresan auténticamente su origen.

Nuestro Terruño

Los elementos que dan vida a nuestros vinos

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Suelo

Suelos aluviales con alto contenido de caliza, perfectos para la viticultura de calidad.

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Clima

Influencia marítima con brumas matutinas que regulan la temperatura y preservan la acidez.

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Altitud

300 metros sobre el nivel del mar, proporcionando drenaje natural y exposición solar óptima.

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Variedades

Nebbiolo, Grenache, Chenin Blanc y otras variedades mediterráneas adaptadas a nuestro terruño.

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Agua

Agricultura seca que respeta los recursos hídricos y concentra los sabores en la uva.

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Biodiversidad

Cultivos de cobertura y prácticas regenerativas que promueven la salud del ecosistema.

Filosofía de Trabajo

Nuestras Prácticas

Implementamos prácticas que mejoran la salud del suelo y la biodiversidad. Nuestros cultivos de cobertura incluyen leguminosas y cereales que aportan nutrientes y estructura al suelo.

Fermentamos con levaduras indígenas del viñedo, permitiendo que cada vino exprese auténticamente el carácter de su terruño de origen.

Seleccionamos cada racimo a mano en el momento óptimo de madurez. Esta atención al detalle garantiza la máxima calidad de nuestras uvas.

Enólogo como facilitador, no como manipulador. Permitimos que el terruño hable a través de cada vino con la mínima intervención posible.

Estamos en proceso de certificación orgánica, trabajando hacia prácticas cada vez más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

Momentos en el Terruño